
OAN Staff James Meyers
Jueves, 24 de abril de 2025
Decenas de miles de personas se congregaron en la Basílica de San Pedro del Vaticano para ver al Papa Francisco, fallecido el lunes. Muchos aprovecharon la ocasión para una sesión de fotos personal, ya que el cuerpo del Papa yacía en su ataúd abierto.
Sin embargo, varios dolientes que esperaban para rendirle el último homenaje al Papa expresaron su indignación después de que, según informes, se viera a algunas personas tomándose “selfies” con el difunto pontífice. Lo que se pretendía que fuera un momento solemne de conmemoración y reflexión se convirtió en un espectáculo.
El Papa falleció a principios de semana tras una larga lucha contra su delicado estado de salud.
Si bien algunas personas aparecían sombrías en sus selfis, al menos una usuaria de Instagram compartió una imagen suya sonriendo con morbo, a pesar de la presencia del cuerpo sin vida del Papa en el ataúd abierto cercano.
“Se les pedía a las personas que guardaran sus palos de selfie al llegar a la entrada”, declaró al Mirror el turista británico Martin Gilsenan.
“Lo que sí me sorprendió fue que antes nos habían dicho que no se podían hacer fotos en la Capilla Sixtina y que aquí la gente sacara sus teléfonos y se hiciera selfis con el ataúd”, declaró un doliente al Daily Mail. “Me pareció un poco de mal gusto y me sorprende que nadie los detuviera”.
“Me conmovió mucho acercarme tanto al Papa Francisco, pero fue horrible ver a tanta gente tomando fotos”, declaró otra persona a The Sun.
“Los teléfonos móviles me parecieron muy desagradables”, dijo otro doliente. “Me sorprendió mucho que hubiera fotos”.
Aunque tomar fotografías con el Papa fallecido no está técnicamente prohibido, muchos de los miles de dolientes argumentan que la práctica de tomarse selfies con el cuerpo del líder fallecido de la Iglesia Católica no es apropiada ni respetuosa.
Los visitantes de la Basílica de San Pedro también notaron que el personal de seguridad intervino ocasionalmente para detener a quienes tomaban fotos, pero en otras ocasiones no lo hizo.
Debido a la abrumadora cantidad de gente, el Vaticano extendió el acceso manteniendo las puertas de la basílica abiertas durante toda la noche del miércoles. Las autoridades indicaron que los visitantes han estado haciendo fila hasta por ocho horas, para tener la oportunidad de ver al Papa Francisco antes de su entierro a finales de este fin de semana.
Mientras tanto, se esperan multitudes masivas el sábado para el funeral del Papa Francisco en la Plaza de San Pedro. Se espera la asistencia de algunos asistentes notables, como el presidente Donald Trump, el primer ministro del Reino Unido, Sir Keir Starmer, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, y el presidente francés, Emmanuel Macron.
A petición del propio papa Francisco, este será enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, Italia, lo cual difiere de la tradición. Los papas suelen ser enterrados en la cripta de la Basílica de San Pedro.
El Papa Juan Pablo II falleció en 2005, años antes de que las selfies fueran tan populares y las cámaras de los teléfonos celulares fueran comunes. El concepto de selfie, tal como los conocemos hoy, surgió con el auge de los teléfonos inteligentes y las redes sociales a principios de la década de 2010.
Esta nota fue traducida al español por Eduardo Flores de una versión en inglés.